martes, 26 de mayo de 2009

BIOQUIMICA DEL AMOR


Revisando literatura, textos de salud, tratando de resolver algunos pacientes que tenia inconclusos , me tope con un sitio que se llama "simpatia desbordante" cuyo editor es una persona llamada Cristian, me pareciò genial el enfoque que el transmite en el articulo, en el que expresa que por favor " no le quitemos el romanticismo al amor tratando de explicarlo biologicamente " por eso lo anexo aqui para que ustedes tambien lo disfruten y opinen.
LA BIOQUIMICA DEL AMOR


Pareciera que la ciencia estuviera empeñada en sepultar el romanticismo existente en el mundo. No conforme con mostrarnos la verdadera cara de la luna, una fria y gris superficie rocosa que la priva de todo componente romántico, ahora ha procedido, a través de una serie de trabajos de investigación, a develar la naturaleza íntima del amor humano. Lo ha hecho con un importante grado de certeza científica, reemplazando el corazón rojo por un conjunto de sustancias químicas cerebrales que actúan secuencial e integradamente para dar origen a nuestros sentimientos más apasionados. Pronto será necesario tal vez reemplazar el Día de San Valentín por el Día de la dopamina, feniletilamina y occitocina, si quisiéramos ser mas rigurosos.
Desde la década de los 90, varios investigadores se han dedicado a interpretar el trasfondo bioquímico de los sentimientos humanos de amor y atracción.

Las bases del amor apasionado: dopamina, feniletilamina, norepinefrina:

Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers, New Jersey, y autora del libro "The Anatomy of love", junto con Arthur Aron y Lucy Brown, estudairon la actividad cerebral de distintas zonas del cerebro de personas recién enamoradas, a través de Resonancia Nuclear Magnética. Al mostrarles una foto de la persona amada, registraron aumento de la actividad en dos zonas especificas: el núcleo caudado derecho y el area ventral tegmental derecha. Estas zonas forman parte del sistema de motivación y gratificación del cerebro, y funcionan en base al neurotransmisor dopamina. Son los elevados niveles de Dopamina los que determinan sentimientos tales como euforia, energía, atención enfocada en estímulos novedosos y motivación para ganar una recompensa, todos ellos presentes en las primeras etapas del enamoramiento.
Curiosamente, ya en este estudio se encontraron diferencias en las zonas más estimuladas, de acuerdo al sexo: en mujeres, la actividad fue más marcada en el cuerpo del caudado, el septum y el cortex parietal posterior, mientras que en el hombre hubo más actividad en las areas de proceso visual.

En verde, el núcleo caudado, con su cabeza, cuerpo y cola

En otra investigación, la siquiatra Donatella Marazziti, de la universidad de Pisa, estudiando las similitudes entre el estado de enamoramiento y el Sindrome Obsesivo Compulsivo (SOC), un transtorno siquiátrico con el que comparte algunas conductas comunes, decidió medir los niveles de serotonina sanguínea (otro neurotransmisor) tanto en pacientes con SOC, personas enamoradas recientemente (menos de 6 meses antes) y controles que no presentaban ninguna de las dos situaciones, y descubrió que los niveles de serotonina eran un 40% más bajos en ambos casos al compararlos con personas "normales". Sus hallazgos se reafirman al tener en cuenta el conocido efecto de los modernos antidepresivos, como la Fluoxetina (caracterizados por elevar los niveles de serotonina en las sinapsis cerebrales), que se asocian a una pérdida de la líbido y la atracción amorosa.
Finalmente, Donald Klein y Michael Leibowitz hallaron otra sustancia neurotransmisora asociada: la feniletilamina.
Pero, ¿es posible que esta etapa de atracción eufórica y pasional dure por siempre, como parece esperar la gente ?. Por lo visto, biológicamente, no es posible. Según la profesora Cindy Hazan, de la Universidad de Cornell en Nueva York (Estados Unidos): "los seres humanos se encuentran biológicamente programados para sentirse apasionados entre 18 y 30 meses". Ella entrevistó y estudió 5.000 personas de 37 culturas diferentes y descubrió que el amor posee un "tiempo de vida" lo suficientemente largo para que la pareja se conozca, copule y tenga un niño. "En términos de la evolución" - dice finalmente - "no necesitamos de corazones palpitantes y sudor frío en las manos". Los circuitos de la dopamina y noradrenalina en el cerebro, los llamados "circuitos de recompensa", son los mismos estimulados por drogas como la cocaína, por ejemplo. Y tal como ocurre con esta última, el cerebro genera mecanismos de "tolerancia" o acostumbramiento a los neurotransmisores sobreestimulados, es decir, se requieren cada vez mayores cantidades de estimulante para producir el mismo efecto. Talvez, si la estimulación se mantuviera siempre constante, esto redundaría en un daño cerebral mental para la persona.
Y desde el punto de vista evolutivo, todo esto tiene una razón de ser:
"Creemos que el amor romántico es una forma desarrollada de una de las tres redes primarias del cerebro que se desarrollaron para dirigir la reproducción de los mamíferos" agrega Helen Fisher "El impulso sexual se desarrolló para motivar a los individuos a perseguir el sexo con cualquier pareja apropiada. La atracción, el precursor del amor romántico, se desarrolló para permitir que los individuos persiguieran a los compañeros de apareamiento preferidos, y así ahorrar tiempo y energía dedicados al cortejo. El sistema de circuitos del cerebro para el vínculo macho-hembra se desarrolló para permitir a los individuos permanecer con un compañero suficiente tiempo para completar las tareas de crianza específicas de la especie". ¿todo fríamente calculado?
¿ Y todo acaba aquí, al desaparecer esta etapa de dopamina, feniletilamina y noradrenalina cerebral altas, con serotonina disminuida?

La base del amor estable: la occitocina :

No. Hay un tipo distinto de sentimiento amoroso, más de apego, de compañerismo, de un vínculo duradero aunque no tan apasionado como el inicial. Y aquí también hay un responsable: una hormona y también neurotransmisor llamado occitocina. Esta hormona producida por la neurohipófisis, era conocida por su acción durante el parto, estimulando las contracciones del útero y posteriormente, la lactancia. Pero su efecto va mucho más allá: se la ha identificado como la generadora de vínculos afectivos de diverso tipo en animales y humanos. Podría ser responsable del intenso amor maternal por los recién nacidos, por ejemplo, y se la ha considerado como importante responsable de la conducta afiliativa en general, entendida como las conductas sociales que fomentan la cercania entre los individuos de una especie. Una completa revisión de sus funciones se puede leer en este sitio.

Se han identificado algunos estímulos favorecedores de la liberación de occitocina. El masaje, las caricias y el orgasmo, elevan los niveles sanguíneos de esta sustancia, estimulando la afectividad entre ambos miembros de la pareja. De modo que, ya sabemos qué hay que hacer para no dejar morir el amor. Y si todos tomaramos conciencia de estos ciclos afectivos biológicos, tal vez teniendo las expectativas bien conocidas de antemano, se evitarían muchas desiluciones y separaciones, teniendo presente que es imposible, biológicamente hablando, mantener un amor con alto estimulo de dopamina y feniletilemina indefinidamente.

Y no por culpa del otro. Por nuestra propia naturaleza.

Más información:

Revista National Geographic en español,

Manuel Torres Sanchez MD. MSc.PhD
Medico farmacologo
Farmacologo clinico